3 de noviembre de 2014

El día de la marmota

Otro día más. Y ya van unos cuantos.

John Denver me da los buenos días, como siempre. El ritmo de "Take me Home, Country Roads" no consigue que arranque de la cama con otro pensamiento que el de "otro más". La misma tostada con el mismo café de todos los días. "Hoy vas diez minutos más tarde, ¡menuda innovación!". La misma silla y la misma mesa esperándome. Los mismos manuales que ayer, y los mismos que mañana. A ver cuando termina Neurología. La misma rutina de estar sentado, leyendo y priorizando. Menos mal que lo de descartar los temas no rentables es cosa de la academia. Leo, subrayo y esquematizo. Desgloses. Más desgloses. "Descansa un poco, toma aire y sigue con ello, tienes que terminar antes de las 14.00 con este bloque". Continúo y lo termino.

La hora de comer es un placer hasta ahora despreciado. Degustar cada bocado (de tiempo y de comida). Sentarse en el sofá y ver la televisión un poco, a ver si la telebasura me hace algo más normal. El reloj de la pared empieza con las indirectas. "Son menos cuarto, va siendo hora de volver a la silla". Resignado, cojo el rumbo y empiezo con la misma rutina de por la mañana, pero una horas después. Y así lunes, martes, miercoles, jueves, viernes y sábado.

Domingo. Querido domingo. Te pienso desde el lunes.

Mis amigos no-MIR me preguntan "¿qué tal?". ¿Qué respondo? Bien, imagino. Aburrido, seguro. Rutinario, sin duda. La familia más de los mismo. Quedas con ellos y todos te preguntan por lo mismo. Pero en el fondo hay poco más que contar. "Por las tardes salgo a correr" "El domingo pasado hice esto, y el siguiente lo otro". ¡Qué sensación más absurda sentarse delante de alguien para que te hable y te cuente cómo sigue funcionando el mundo desde fuera de tu escritorio!

Suena extraño pero, ¡que esto avance rápido!. Que llegue ya la tercera vuelta. Y la cuarta. Y el 31 de enero. Mi cerebro no está abierto a nueva información. Está de huelga. Se ve obligado a trabajar demasiadas horas por muy pocas de ocio.

Las cosas van bien. Los resultados van cumpliendo. Solo falta dejar de despertarse todos los días con la misma música, la misma tostada y el mismo café, para ver cómo se despierta otro día más la marmota.



A.


4 comentarios:

  1. Yo por una parte... quiero que acabe, por otra... tengo la sensación de que aún me queda tantísimo por hacer, que ayer me entró un vértigo tremendo al pensar en lo que quedaba. La verdad es que al principio rendía bastante más, y las últimas asignaturas sé que no me las estoy preparando tan bien. Así que por una parte, sí que estoy queriendo empezar la tercera vuelta... ;)

    ÁNIMO!!

    ResponderEliminar
  2. Ya os va quedando menos!!! Y sabes qué??? Vais a TRIUNFAR!!!

    ResponderEliminar
  3. Me siento totalmente identificada contigo... A mi me pasa exactamente igual, mis amigos a veces hasta se enfadan de que no les cuente nada nuevo... pero es que como no les empiece a hablar de lo último que estudiado, poco más que contar hay jajaja

    Nosotros ya estamos en la primera ronda de repasos y la verdad es que se agradece... pero por otro lado da un pelín de miedo ver que queda tan poquito.

    ¡Mucho ánimo!

    ResponderEliminar
  4. Ánimo, compañero!! Desde mi corta experiencia te prometo que pasa, manten la mente fría y recuerda que esta odiosa rutina tiene su fin cada vez más cerca, y dentro de unos meses entenderás que cada minuto de tu esfuerzo mereció tanto la pena... Y esta horrible época quedará en el olvido!! Ya falta menos. Fdo, una R1 malagueña

    ResponderEliminar