9 de mayo de 2015

Enter

Mucho he tardado en sentarme a escribir estas líneas. No es fácil saber qué decir o cómo decirlo. Lo único que me es fácil es saber que ya está. Que se ha acabado la incertidumbre y el miedo. La angustia y el nerviosismo. El pensar dónde ir o dónde no. Se acabó porque ya tengo mi plaza.

La elección empezó el 15 de abril y yo, nervioso, me planté delante del ordenador a las 9.00h. para ir siguiendo la elección minuto a minuto y ver qué plazas eran las que se iban eligiendo. Delante de mi cuatro listas. La mía, y la de mis amigos. Pendiente de no tener que tachar ninguna de las primeras opciones de esos cuatro pequeños papelillos.

Esa tarde me toca esperar en la puerta. Este año está la cosa rara y uno no sabe qué puede pasar. Sufro en la puerta consumiendo mi tarifa de datos. "Ya solo quedan 50 para que elija L." me dice S. La batería del móvil se colorea de rojo para avisarnos de que estamos actualizando por encima de nuestras posibilidades. Se va acercando y siguen las dos plazas que ella quiere. Nos ponemos taquicárdicos. Esas plazas suelen acabarse antes y nos da miedo pensar que están aguantando sin ser elegidas para ver cómo le pasan por delante de las narices en el último momento. "Quedan sólo 10". La taquicardia se transforma en angina y las piernas nos empiezan a flojear. Nos tiembla el pulso y vemos que parece que va a lograrlo. Seguimos actualizando a pesar de las advertencias del teléfono y finalmente aparece en la pantalla. "Endocrinología y Nutrición". Gritamos, saltamos e incluso alguna echa una lágrima de emoción. Nos situamos en primera fila. Queremos que nos vea nada más salir de allí. Y así sucede. Se abre la puerta y sale radiante, temblando pero contenta. Lo ha conseguido.

Ahí no acaba la tarde. Tenemos un segundo aspirante que tiembla dentro del salón de actos. Aun le quedan otros 100 por delante y ahora está solo ante el peligro. Vemos que Medicina Intensiva se ha puesto de moda, pero sus dos plazas siguen intactas. Aun así, el miedo no nos lo quita nadie. Mientras celebramos la elección de L., el pulgar actualiza para comprobar que los cardiólogos, dermatólogos, neurólogos y cirujanos plásticos siguen saliendo uno tras otro del salón. La angustia crece a cada "Medicina Int....erna" que leemos en la pantalla. Llevamos toda la tarde en la puerta y la adrenalina ha alcanzado unos niveles peligrosos para la salud. "Ya solo quedan 10" me dice L, radiante con su credencial, pero igualmente nerviosa. Pasan 8 y lo sabemos. Es suya. Quedan dos plazas y solamente uno por delante. Elija lo que elija el de delante, es suya. Volvemos a saltar, a abrazarnos y a temblar. Finalmente aparece en la pantalla. "Medicina Intensiva". Volvemos a primera fila y le vemos salir. Pálido, temblando y sudoroso, pero con una sonrisa en la cara que delata la satisfacción de haber logrado el objetivo después de tantos meses.

Tras varios saltos, muchos abrazos y algún que otro beso, nos vamos de ahí. La tarde ha sido larga y hay que reponerse en la terraza del 100 montaditos a base de cervezas. Cervezas que no consiguen apartar de nuestra mente que aun quedamos dos por elegir... Yo al día siguiente y mi buena amiga S., que tendría que sufrir hasta el lunes siguiente para saber que se va. Que ha decidido cambiar y buscar lo que le gusta en cualquier sitio. Que el sur siempre ha estado esperándola y que tras un fin de semana de sufrimiento por sorpresas inesperadas, pudimos ver otra "Medicina Intensiva" en la pantalla del teléfono, dándonos la certeza de que este eje va a estar a caballo entre Madrid y Sevilla.

Al día siguiente me levanto y lo compruebo todo. DNI. Otra vez DNI. Y Otra. No hay mucho más que comprobar. Eso y que las plazas que quiero están libres. "¿Y si lo he mirado mal?" Otra vez... Entro en un bucle en el que después de todo creo que tengo un TOC de comprobación. Me intento calmar. No tengo mucha gente por delante y hay suficientes plazas como para estar tranquilo. Aun así, no es fácil. El "Y si..?" se abre hueco en mi cabeza y no para de abrir más dudas. "Y si a la gente le da por elegir eso? Y si cambio de idea? Y si elijo otro hospital?..." Muchos ysis que al final logro controlar cuando me planto en la puerta del Ministerio. Llevo la lista que me sé de memoria en el bolsillo derecho y el DNI en la mano, no se vaya a perder. Entro en la antesala y empieza a sonar una voz por megafonía. "Pares a la derecha, impares a la izquierda" ¿Mi número es par o impar? ¡¡¿PAR o IMPAAAR?!!. "Par, relájate. Ve a la derecha, saca el DNI como el resto de humanos de la sala y anda hacia delante con tu pegatina amarilla al pecho". Entro en el salón y me siento, saco el móvil y gasto más datos. Este mes lo termino sin megas. Es mi manera de intentar no mirar al de al lado, ni al de delante. Solo quiero que pasen los pocos que tengo delante, subir, apretar el Enter y largarme de allí.

Entra la mujer que daba voz a la megafonía y nos da la bienvenida. Nos comenta algo que supongo sería importante pero que he olvidado por completo. Recuerdo que menciona algo de una Guía del Residente y algo de un teléfono de Docencia... Yo lo único que veo es su boca moverse, pero como si no saliesen palabras. Estoy demasiado metido en mi mundo interior. Hasta que empiezan a llamar. Los diez primeros, uno a uno, rápido y sin temblar... Se nota que todos tienen las mismas ganas que yo de salir de aquí. Voy intercalando la relajación de saber que estoy muy cerca, con los pequeños microinfartos que sufro cada vez que escucho "Pediatría y su Áreas Específicas en el Hospital Universitario de...." Solamente abro la arteria cuando veo que la eterna coletilla termina con hospitales que desconocía o que se alejan mucho de mi objetivo. Y finalmente, y casi sin darme cuenta escucho mi nombre por megafonía. "Voy a elegir la plaza ya". Me levanto tembloroso y subo al escenario. Espero el riguroso orden y ahí me vienen las dudas. "Has elegido bien, verdad? Sabes que esto es para cuatro años, no? Estás seguro? Y si cambias el orden y eliges mejor el otro? Venga va, cambio. No, no cambies. Te lo han dicho por activa y por pasiva. Ahí no se mueve nada de la lista. Pero, y si.... Nada. Y si, nada. Sigue hacia delante y no juegues con el orden..." Me preguntan amablemente "¿Qué quieres, corazón?" Creo que hasta ellos oían mis latidos y no se dirigieron a mi directamente, sino a la bomba que me daba golpes en el pecho. Se lo digo, lo veo en la pantalla. Lo vuelvo a leer. Lo pone ahí...

Y ahí lo veo todo. Desde la entrada con la que empecé este blog, hasta el día del MIR. Las clases. Las horas de estudio. Los "no puedo salir". Las vacaciones que no fueron del todo vacaciones. Los doMIRgos. Las reuniones familiares que acababan rápido. Los simulacros. Los 29. Los vídeos de Macarrón. Los innumerables esquemas que hice. Las mnemotecnias que inventé, y las que tomé prestadas. Las ganas de ver el final. La incertidumbre por lograr el objetivo. Los nervios de ir acercándose el examen y la recompensa de después. La semana de antes. Las dudas entre hospitales. Las largas conversaciones con L. J. y S. para saber qué íbamos a hacer. Ecuador. La gente preguntándote "Dónde?". Y finalmente, el Enter.

Salgo con el cerebro embotado y sigo las flechas en las que figura la palabra "Salida". No estoy para órdenes complejas. El móvil vibra pero no quiero cogerlo. Quiero salir de ahí y verlos. Paso el control, me quitan la pegatina y el corazón vuelve a acelerarse. Bajo la escalinata, se abre la puerta y les veo la cara. Esperando a que salga. A abrazarme y celebrar que ya puedo decir alto y claro que soy R1 de Pediatría.

3 comentarios:

  1. Te lo he dicho ya... pero ahora en público...: ENHORABUENA!!!! ENHORABUENÍIIIIIIIIIIISIMA!!!!

    Me alegro mucho por ti!!! Vas a ser un pediatra estupendo. No tengo la menor duda.

    Te lo pongo por aquí, pero escríbeme email si es necesario. No sé si he entendido mal, pero creo que algún amigo tuyo va para ¿Sevilla?
    Me avalan años de conocimiento de la ciudad. Si necesita cualquier cosa, cualquier contacto o lo que sea... escribe y cuento todo lo que pueda!!!

    Un abrazo y enhorabuena de nuevo!!!!

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  2. Seguro que a alguna se le han vuelto a escapar unas lagrimillas reviviendo todo aquel mar de nervios, ilusión, emoción... Ainnsss

    Sabemos que ese 'ENTER' supone mucho para todos nosotros, y que con él cerramos esta etapa.
    Pulsarlo, salir corriendo, buscar rápido vuestras caras entre la multitud, sonreír y darnos un abrazo...
    No ha sido un camino de rosas, pero la recompensa merece la pena. Y, para mi, recorrerlo con vosotros lo ha hecho todo mucho más fácil.
    Gracias J, L y A por todo, y os espero muy pronto en el sur doctores.

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