1 de abril de 2013

Academizarse, ¿o morir?

Y llegó el momento de dar el primero de los muchos pasos que quedan por delante: apuntarse a la academia del MIR. No es un paso obligado, es verdad, pero es un paso con el que he decidido empezar la preparación, y la verdad, nunca pensé que fuese a ser tan dificil.

Imagino que si te encuentras en mi situación (estudiante de 5º), si te encontraste un día o si pretendes encontrarte en ella, sabes o sabrás de lo que te hablo.

Para aquel que no sepa muy bien de lo que estoy hablando, la preparación del MIR, desde hace tiempo, ha adquirido un ambiente que podríamos denominar marketiniano, en el cual se han abierto paso 3 grandes academias y alguna que otra menos conocida. De las tres principales (Grupo CTO, AMIR y MIR Asturias) solamente dos de ellas tenían sede en Madrid (ciudad en la que vivo y estudio): CTO y AMIR. Este año, MIR Asturias ha decidido ampliar su cobertura a nivel nacional, complicando un poco más la elección de la academia.

Las tres academias ofrecen lo mismo de manera distinta, con material diferente y con diversas técnicas comerciales que terminan por hacer creer en su poder al más escéptico. Varias vueltas de preparación del temario, simulacros del examen, clases teóricas… Todo para llegar al día del examen habiendo estudiado un temario acotado (la convocatoria del BOE no propone ningún temario oficial cerrado más alla de “cualquier tema en relación con el conocimiento de la Medicina”) y haber practicado y depurado una buena técnica de examen que te permita quedar en una posición adecuada para elegir la plaza deseada.


Hasta este punto todo genial. Todo el mundo podría pensar que la decisión de una academia u otra no va a cambiar nada, pero… ¿Y si no es así? ¿Y si la metodología de una es mejor que la de la otra? ¿Y si está “simple” decisión condiciona mi futura elección de plaza? ¿Y si…? ¿Y si nos dejamos de tonterías?.

Esa última pregunta fue la que me hice el día antes de la matriculación en la academia. Previo a esos días, los estudiantes de 5º curso nos convertimos en carne fresca a la que cazar, utilizando todas las armas que la academia tenga entre sus manos para poder ganar su ansiada presa. Prepara la armas, las pule, las lanza, y con suerte, da en el blanco.

Hasta esa semana de cortejo, yo había tenido bastante clara la academia que quería elegir, pero nunca está de más ver qué ofrecen las demás. Desde entonces el asunto se puso turbio, haciéndome sentir indeciso sobre qué debía o no debía elegir. Hasta que llegué a una sola conclusión: si tan claro lo había tenido hasta ahora ¿por qué dudaba?. Tardé una semana en darme cuenta de la respuesta: el marketing. Un arma peligrosa que puede hacer decidirse al indeciso y hacer dudar al más seguro.

Habiendo llegado hasta ese punto, terminé por decidir apuntarme a la que ya había pensado con anterioridad. De entre los motivos que pienso como fundamentales (a modo de opinión personal) para elegir una academia u otra están los amigos. La preparación no va a cambiar tanto por hacerla con una u otra academia, pero sí va a marcar la diferencia el grado de compañía que se tenga durante una época tan dura como la que se presenta.

Cuando empiece con la preparación veré si esta decisión ha sido la adecuada o no, pero hasta entonces prefiero pensar que, por lo menos, el primer paso ya está dado.


A.

4 comentarios:

  1. Yo me apunté fijándome del nombre y de los comentarios de gente de otros años, y estoy contento con el resultado.

    Suerte!

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    1. Además de la compañía, tomé la decisión por lo que me gustasen o no los manuales. Voy a pasar demasiado tiempo delante de ellos, así que ya pueden gustarme! ;)

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  2. Estudio 5º curso y creo que no podría haberme sentido más identificada aún con todo esto. Estoy completamente de acuerdo con lo que has dicho :)

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    1. Creo que es un sentimiento muy común en este curso!

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