4 de junio de 2013

Un punto de vista

Como dije en el post anterior, el lunes inicié una rotación de verano en el Servicio de Cuidados Intensivos Pediátricos en un hospital de Madrid. Llevando tan poco tiempo en ello, ya puedo decir que es una de las mejores experiencias que estoy teniendo en lo que a mi carrera se refiere.

Todo ha empezado como siempre, "Hola, soy A., estudiante de medicina y voy a rotar aquí un mes" la acogida ha sido espectacularmente buena en un servicio integrado por muchos residentes y otros tantos adjuntos. ¿Mi misión? Ver, oír y aprender y estar dispuesto a hacer todo aquello que me propongan hacer en el servicio. Ahora bien, estoy como un pollo recién salido del nido, sin saber ni dónde puedo encontrar los volantes de analíticas ni los impresos para los evolutivos.

Si tuviera que destacar algo de lo que he aprendido en estos primeros días es el diferente punto de vista que tenemos la gente del mundillo sanitario respecto a qué es bonito y qué no lo es. Seguramente todos hayamos llegado a casa después de un largo día de prácticas contando los casos más increíbles que hemos visto diciendo lo bonitos son, y nuestros familiares no sanitarios nos han mirado con cara de asombro pensando que estamos locos si pensamos que una enfermedad en una persona puede llegar a ser bonita. Pues sí. Padres, madres, hermanos y hermanas, tenéis que aceptarlo. Nos gusta, y mucho. No es que nos guste ver a la gente enfermar, ni mucho menos. De hecho nos gusta todo lo contrario. 

Creo hablar en boca de muchos diciendo lo impresionante que es ver cómo funciona el cuerpo humano y cómo éste puede recuperarse de grandes agresiones cuando se le presta la ayuda necesaria. Puede venir en un estado general regular o aparecer por la puerta mal desde el principio, y aún así soportan todas las perrerías que se le hacen. Pueden venir conscientes o trasladados de otro hospital con asistencia ventilatoria, y aún así sabes que están agradeciendo lo que estás haciendo por intentar sacarles del hoyo. Puedes tener el diagnóstico desde el principio y ver la evolución, o bien ver como evoluciona y acabar llegando al diagnóstico después. Se mire por donde se mire, ¡es apasionante!

Particularmente, durante esta rotación, estoy viendo la grandísima capacidad de aguante de unos niños que con apenas dos meses, son capaces de aguantar enfermedades de una importancia que sobrepasa el tamaño de sus cuerpos. Puede tener un punto de dureza difícil de asimilar en un primer momento, sobre todo en el caso de los niños, pero también tiene un punto de ánimo al saber que esos mocosos que parecen tan vulnerables a cualquier intervencionismo son capaces de sobreponerse a la enfermedad con mayor fuerza y velocidad de lo que podría esperarse un adulto. 



Definitivamente, me convence. Esto es lo más bonito que puede haber. La medicina, la pediatría y el ver como un paciente intubado, de apenas tres meses de vida, es capaz de tolerar un tubo metido en su tráquea con la sedación justa para poder abrir los ojos mientras le exploras y darte las gracias con la mirada por todo lo que estás intentado hacer por salvarle la vida.  




A.



2 comentarios:

  1. Hola A!! Acabo de descubrir tu blog a traves del twitter de Miriam (@mirinova) y queria felicitarte :) yo tambien estoy en quinto y me identifico totalmente con tus post.
    Sigue así, tienes una nueva fan XD
    Un saludo!!!!

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    1. Muchsísimas gracias Bea! Me alegro de que te guste;) un saludo;)

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