29 de marzo de 2014

Clase de Traumatología 1ª Vuelta

Ya van quedado pocas cosas que ver durante la primera vuelta de preparación, y la verdad es que tengo ganas de hacer una pausa en lo que a la academia se refiere. Esto de ir todos los viernes a la academia, aunque sé que es fructífero y que las sensaciones posteriores suelen ser buenas, da una pereza horrible cuando ves que, después de una semana entera de madrugones y de rotaciones, tienes que quedarte hasta las 22.00h metido en una clase escuchando un temario que a veces ni te gusta. Y este es el caso de esta semana: Traumatología.

En mi universidad la cursamos durante quinto de carrera, y puedo decir que desde el principio tenía claro que no era lo mío. Y quizá por eso no iba con muchas ganas a la clase de ayer. Sin embargo, un poco de optimismo y una buena dosis de cafeína, me invitaron a poder ir a la sede y cumplir con lo que tocaba.

La clase empiezó bien, con una traumatóloga muy simpática y agradable, que empezó haciendo un repaso general de conceptos básicos de traumatología. De ahí pasamos a comentar las fracturas por regiones, de forma sistemática y muy ordenada. Sin embargo, y al contrario que en la mayoría de las clases de la academia, me pareció una clase muy poco enfocada al MIR. Hablamos de todas las fracturas que figuraban en el manual, sin hacer especial atención a cosas tan típicas como por ejemplo a qué lesión neurovascular distal estaban asociadas clásicamente. Fue una clase que me recordó más a las clases de la universidad que a cualquier otra dada en la academia. Ordenada y sistemática, sí, pero extensa y quizá excesiva.

Por otro lado, no hicimos tantas preguntas de test como en otras ocasiones. Tal vez fuese porque solamente tenemos una clase durante la primera vuelta y se queda insuficiente, no lo sé. Pero la verdad es que eché en falta poder ejemplificar las cosas con preguntas de desgloses o simplemente con los test de primera vuelta.

Por todo ello, a medida que iba avanzando la tarde, y los abandonos del aula se iban haciendo cada vez más llamativos, mi concentración aprovechaba cada apertura de la puerta para escaparse a tomar un poco de aire. Después del descanso, y con un un veinte porciento menos de personas en el aula, costaba mantener la atención. Ya fuese porque la explicación no me estaba encandilando, o porque la traumatología no me gusta nada y desconectaba con facilidad, o porque a las 20.00h de un viernes hay muchas cosas en las que pensar, o incluso porque el kebap que tenía en el estómago estaba dando más guerra de la que esperaba. Fuese cual fuese el motivo, el resumen es que acabé con el cuerpo en el aula y con la mente Dios sabe donde.


A.

1 comentario:

  1. jajaja, a mí eso me pasó el otro día con nefro...
    Las clases los viernes por la tarde deben ser duras... pero... LO CAMBIARÍA!!
    Yo tengo clase todos los sábados (mañana y tarde) y la verdad es que estoy deseando terminar la primera vuelta. Lo que empecé con ilusión, me duró dos sábados.... Mis fines de semana quedan reducidos a un domingo insulso en el que tengo que aprovechar para avanzar cosas de clase (porque mi sexto tiene aún clases en el segundo cuatrimestre) Así que estoy... AGOTADA =)

    La trauma tampoco es lo mío, pero creo que lo supieron resumir en condiciones y me sirvió de ayuda. Como digo... no tuve la misma suerte el otro día con la nefro =)

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